Chile bajo amenaza

En Chile no necesitamos grupos terroristas, nuestras amenazas son mas mortales y siniestras aun. Escondidas entre nosotros, llevando vidas normales, se encuentran miles de fallas estructurales esperando su oportunidad de atacar. No se sabe quien las dirige ni cual es su procedencia, incluso se habla que podría ser obra de ingenieros anarquistas o arquitectos separatistas, en una lucha por conseguir el poder. Su principal herramienta es el miedo, el miedo constante de que se manifieste alguna de estas bombas de tiempo. Yo les voy a contar mi experiencia personal con este tipo de violencia. Desde hace un par de meses mi casa se encuentra en remodelación y parte de los beneficios que trajo fue el disponer de otro baño para la ducha matutina, evitando así las guerras que se producían en las mañanas. Es así que desde hace un mes tengo un baño mas cerca de mi pieza, lo que significa poder bajarse de la cama mas dormido aun y caminar (o arrastrarse moribundo de sueño) a la ducha. Pero nunca me imagine el nivel de crueldad de mis torturadores. Mediante modernos aparatos de transmisión controlada de electricidad, generaron un circuito que hace que si toco con el pie el desagüe de la tina y toco la llave, un fuerte shock eléctrico recorre mi cuerpo. En un principio pensé que era un error involuntario, pero luego de ver que mi blog ha sido destacado, se me hace evidente que fue intencional, ellos deben haber previsto el éxito que esto alcanzaría e idearon un método de control.
En la actualidad vivo con terror, a ser electrocutado en la ducha, a que se queme el edificio donde hago mi practica o que se caiga un puente mientras lo cruzo.


P.D: La unica forma de no perderse en el miedo al descontrol de la ciudad, es detenerse a disfrutar aquellos pequeños vicios privados que nos hacen sentir grandes, pero que no compartimos con el mundo. Luego de mucho tiempo sin recomendar nada, ofresco un refrescante descanzo. Carta a una Señorita en Paris, de Julio Cortázar.