lunes, septiembre 10, 2007
Me encontraron!!!!!
Hoy me encontraron. No soy un experto en términos de búsqueda pero eso de que te puedan encontrar así de fácil no es nada divertido (a pesar de que no fue nada malo que me encontraran esta vez, pese a que tiene ciertas connotaciones de hijo prodigo o oveja perdida esto de ser encontrado, ya que por lógica antes de eso tendría que haber estado perdido). Luego de la experiencia de que me encontraran decidí buscarme a mi mismo. No del modo profundo y existencial que ya intente este verano (estuve dos meses en Sichili, Zambia. Ya llegara el día en que relate esas experiencias, yo creo que no han terminado de elaborarse aun en mí). Esta vez, decidí buscarme a mi mismo en Google y comprobar que si existo. La semana pasada me dijeron que si no me encontraba ese buscador no existía, por lo que me arme de valor (ya que existía la posibilidad de no existir, lo que echaría por tierra todos mis planes ya que estos presuponen mi existencia) y busque mi nombre completo. Una mezcla de tranquilidad e incomodidad me embargo cuando me di cuenta que la octava opción que arrojo el buscador incluía datos personales míos, que para mi alivio no estaban actualizados. No se realmente que es lo que me puede molestar de que mis datos estén disponible en Internet, pero me sorprendió lo fácil que fue encontrarme, eso si, necesite mis dos nombre y apellidos para hacerlo, sin saber que con mi sobrenombre es mas fácil aun (Me tranquiliza saber que es por mi sobrenombre que me pueden identificar mas fácil, ya que este implica mas cercanía con la persona que busca al ser de uso mas intimo). En fin, encontrado, me despido luego de largos meses sin publicar.
martes, julio 17, 2007
Carta abierta a un hombre triste que no reconoce serlo
No me convence tu felicidad. Tu sonrisa, que tiene la marca de la tristeza, no se hace creíble, no por falsa sino por falta de sustancia.
Por que la sonrisa genera ser. Ya se dijo que el lenguaje lo hace, yo digo que la sonrisa lo confirma. Tu sonrisa no tiene esa mirada de alegría que hace sonreír, parece atravesada por un dolor continuo, por una resignación que no alcanza a traer paz. Tu mirada no es refugio, mas parece llamado de auxilio. Tos ojos no me invitan a cobijarme, sino que me llaman a contener penas oscuras y silenciosas.
Tus ojos profundos, mas no de experiencia, parecen como movidos por un mar de lágrimas contenidas, no derramadas a tiempo por el miedo a la vulnerabilidad.
No me convence tu felicidad ni tus celebradas fiestas, por que carecen de peso. No celebran existencias, sino que intentan sustentar la tuya. Sin tradición, sin fin que te trascienda, tu fiesta se transforma en música, baile y bulla. Siendo que el todo es más que la suma de sus partes, tu celebración no pasa de ser reunión. Tu música no celebra ninguna victoria, ni conmemora la tristeza de una derrota, tu baile no llama a la historia a hacerse presente y tu bulla no despierta el espíritu festivo de quienes la observan.
Derrama tus lágrimas y reconoce tus penas, por que las no demostradas son las que te persiguen. Antes de pretender sonreír, asume tus llantos y despeja tú alma, por que nublada así como esta, no te deja regocijarte de la alegría de existir.
A ti, hombre triste, te creo capaz de alegrarte, pero debes llorar los dolores para despejarte de ellos. No me invites más a festejar, mas invítame a cerrar tus heridas.
Por que la sonrisa genera ser. Ya se dijo que el lenguaje lo hace, yo digo que la sonrisa lo confirma. Tu sonrisa no tiene esa mirada de alegría que hace sonreír, parece atravesada por un dolor continuo, por una resignación que no alcanza a traer paz. Tu mirada no es refugio, mas parece llamado de auxilio. Tos ojos no me invitan a cobijarme, sino que me llaman a contener penas oscuras y silenciosas.
Tus ojos profundos, mas no de experiencia, parecen como movidos por un mar de lágrimas contenidas, no derramadas a tiempo por el miedo a la vulnerabilidad.
No me convence tu felicidad ni tus celebradas fiestas, por que carecen de peso. No celebran existencias, sino que intentan sustentar la tuya. Sin tradición, sin fin que te trascienda, tu fiesta se transforma en música, baile y bulla. Siendo que el todo es más que la suma de sus partes, tu celebración no pasa de ser reunión. Tu música no celebra ninguna victoria, ni conmemora la tristeza de una derrota, tu baile no llama a la historia a hacerse presente y tu bulla no despierta el espíritu festivo de quienes la observan.
Derrama tus lágrimas y reconoce tus penas, por que las no demostradas son las que te persiguen. Antes de pretender sonreír, asume tus llantos y despeja tú alma, por que nublada así como esta, no te deja regocijarte de la alegría de existir.
A ti, hombre triste, te creo capaz de alegrarte, pero debes llorar los dolores para despejarte de ellos. No me invites más a festejar, mas invítame a cerrar tus heridas.
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